lunes, 20 de enero de 2014

ANTONIO PORCHIA _ 3


*El misterio apacigua mis ojos, no los ciega.

*¿Y si llegaras a hombre, a que más podrías llegar?

*Una cosa, hasta no ser toda, es ruido, y toda, es silencio.

*Eramos yo y el mar. El mar estaba solo y solo yo. Uno de los dos faltaba.

*Cuando me encuentro con alguna idea que no es de este mundo, siento como si ensanchara el mundo.

*El hombre lo juzga todo desde el minuto presente, sin comprender que sólo juzga un minuto: el minuto presente.

*Sí, trataré de ser. Porque creo que es orgullo no ser.

*Has venido a este mundo que no entiende nada sin palabras, casi sin palabras.

*Y seguiré navegando por mares ajenos, hasta naufragar en mi mar.

*Nada termina sin romperse, porque todo es sin fin.




*La razón se pierde razonando.

*Mirando las nubes he visto que mi pensamiento no tiene su cuerpo solamente en mi cuerpo.

*Cuando todo está echo, las mañanas son tristes.

*El ir derecho acorta las distancias, y también la vida.

*Con algunas personas mi silencio es total: interior y exterior.

*A veces, de noche, enciendo una luz, para no ver.

*Si no has de cambiar la ruta, ¿por qué has de cambiar de guía?

*Cuanto menos uno cree ser, más soporta. Y si cree ser nada, soporta todo.

*Veía yo un hombre muerto. Y yo era pequeño, pequeño, pequeño... ¡Dios mío, qué grande es un hombre muerto!


*Cuando observo este mundo, no soy de este mundo; me asomo a este mundo.

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