lunes, 15 de octubre de 2018

Poema de la amistad atribuido a Jorge Luis Borges...


No puedo darte soluciones para todos los problemas de
la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes
y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me
lo pides.
No puedo trazarte limites dentro de los cuales debes
actuar, pero si te ofrezco el espacio necesario para
crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te
parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger
los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días oré por ti…
En estos días me puse a recordar a mis amistades mas
preciosas.
Soy una persona feliz: tengo mas amigos de lo que
imaginaba.
Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.
Es lo que siento por todos ellos.
Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la
alegría que sienten al verme.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y
cuando hablamos, sea en la alegría o sea en la
serenidad, en estos días pensé en mis amigos y amigas,
entre ellos, apareciste tu.
No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el numero uno ni el numero final.
Lo que se es que te destacabas por alguna cualidad que
transmitías y con la cual desde hace tiempo se
ennoblece mi vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el
segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
Entonces entendí que realmente somos amigos.
Gracias por ser mi amigo.

Fuente:http://culturainquieta.com/es/inspiring/item/10242-poema-de-la-amistad-atribuido-a-jorge-luis-borges.html


sábado, 18 de agosto de 2018

Neruda y sus lazos de amistad con la nación china...

Pablo Neruda (1904-1973), poeta chileno contemporáneo de prestigio mundial, destacó, entre otras muchas cosas, por considerar a toda la población mundial como sus propios hermanos, una actitud que se reflejada a pies juntillas en su mundo literario. La trayectoria recorrida a lo largo de su vida pasa irremediablemente por Asia, América Latina y Europa, lugares donde poseía una gran cantidad de buenos amigos e intelectuales literarios a los que apreciaba y que le apreciaban...


Un reportaje de
Wang Danruo
王丹若
En noviembre de 1950, con motivo de la celebración en Varsovia (Polonia) del III Congreso del Movimiento Mundial de Partidarios de la Paz, Pablo Picasso dibujó una paloma con una rama de olivo en el pico, imagen que Pablo Neruda (1) bautizó como la “Paloma de Paz” y a la que le dedicó los siguientes versos que todavía hoy en día siguen en vigor: La paloma de Picasso vuela sobre el mundo, nívea e inmaculada, llevando a las madres una palabra dulce, de esperanza, despertando a los soldados con el roce de sus alas para recordarles que son hombres, hijos del pueblo, que no queremos que vayan a la muerte. Y vuela sobre los monumentos y las ciudades, se queda pegada a todos los muros de todas las ciudades del mundo con el mensaje de la paz que el maestro Picasso envió con ella a todas partes (…).
En 1971 Pablo Neruda obtuvo el Premio Nobel de Literatura gracias al poder sobrenatural que desprendía su poesía, la cual, además, contribuía a reivindicar y a recuperar el sueño y el destino de un continente gigantesco.

Los tres viajes del poeta a China

En 1927, cuando contaba con 23 años de edad, tras licenciarse en la universidad, Neruda asumió el cargo de cónsul del Gobierno de Chile en Rangún (Birmania). El transatlántico que le llevaba hasta su destino diplomático desde su tierra natal hizo una escala de varios días en la ciudad de Shanghai, una metrópoli caracterizada por su modernidad y libertinaje, constituyendo así su primera visita a China. La vertiginosidad de la vida en esa urbe en pleno desarrollo, junto con el desconocimiento de la misteriosa cultura oriental, deslumbró y cautivó al poeta desde el primer momento.
Neruda asistió al I Congreso del Movimiento Mundial de Partidarios de la Paz que tuvo lugar en París en 1948, donde fue nombrado miembro del Consejo Mundial de la Paz. En ese mismo año recibió el Premio Stalin para la Consolidación de la Paz. Más tarde, cuando el Consejo se encontraba planificando la próxima sesión del congreso, tomó la decisión de invitar una delegación china a París, ciudad donde se celebraría dicha conferencia, a pesar de que China se encontraba en plena guerra civil (2). A pesar de todos los trámites y esfuerzos, se le denegó la entrada en Francia a la representación china, encabezada por Guo Moruo (3). Por ello, el comité del congreso decidió celebrar las reuniones en París y Praga al mismo tiempo.
En verano de 1957 Neruda realizó su tercer viaje a China. En compañía del poeta Ai Qing realizaron un crucero por el río de Yangtsé y atravesaron las Tres Gargantas. Este viaje por el interior de China supuso para el poeta una ocasión única para entrar en contacto directo con la civilización del país gracias a la contemplación del pintoresco paisaje montañoso, de los ríos y las aldeas.
La noticia de la conquista de Nanjing por parte del Ejército Popular de Liberación de China se propagó durante el congreso en las dos sedes y provocó una efervescencia de regocijo entre la multitud. “¡China, China!”, el poeta chileno gritó emocionado, con mucha ilusión de volver cuanto antes a este país para ver de primera mano las novedades acontecidas desde su primera visita.
Durante el III Congreso del Movimiento Mundial de Partidarios de la Paz convocado en Varsovia en el noviembre de 1950, Song Qingling (4) (1893-1981) —la entonces mujer más representativa de la población femenina china y galardonada ese año con el Premio Stalin para la Consolidación de la Paz—, fue nombrada consejera del mismo organismo por los esfuerzos y su contribución a la defensa de la paz mundial y la consolidación antifascista a lo largo de la Guerra de Resistencia contra Japón. Aprovechando la entrega de dicho premio, Neruda, como miembro del jurado que era, la visitó en Beijing en agosto de 1951 y observó en persona los cambios que tanto esperaba ver. Para él, China era un país nuevo. Además de presidir la ceremonia de concesión del galardón, Neruda, en compañía del famoso escritor de la Unión Soviética, Iliá Erenburg, tuvo la oportunidad de entrar en relación con varios autores chinos, tales como Dingling, Mao Dun, Xiao San y Ai Qing, con quien forjó una sincera y profunda amistad. Precisamente, este viaje le inspiró al poeta la creación de una poesía para rendir homenaje a China.


No fue hasta el verano de 1957 cuando Neruda realizó su tercer viaje a China. Para atender la llegada del matrimonio, su buen amigo Ai Qing voló a propósito desde Beijing al aeropuerto de Kunming (provincia de Yunnan) y les acompañó hasta Chongqing (entonces, provincia de Sichuan), desde donde cogieron el barco para realizar un crucero por el río de Yangtsé y atravesar las Tres Gargantas. Este viaje por el interior de China supuso para el poeta una ocasión única para entrar en contacto directo con la civilización del país gracias a la contemplación del pintoresco paisaje montañoso, de los ríos y las aldeas. Asimismo, le permitió experimentar la historia milenaria de esta gran nación. Mientras tanto el poeta chileno también observó el ambiente real revolucionario comunista que reinaba en toda China, tema que le preocupó sobremanera.

La amistad profunda entre Neruda y el poeta chino Ai Qing

Ai Qing (en chino 艾青, 1910-1996), famoso poeta contemporáneo chino galardonado con la Legión de Honor de las Artes y las Letras de Francia por el presidente François Mitterrand en 1980, miembro del Partido Comunista de China (PCCh) y poseedor de la Gran Cruz de la Orden de la Libertad, ha visto sus obras traducidas a más de 30 idiomas en todo el mundo. Neruda le concedió el título de Autoridad Mundial de la Poesía China y Fedorenko, sinólogo de la Unión Soviética, llegó a decir sobre él: “la poesía de Ai Qing está en condiciones de superar barreras entre países y de transcender en el tiempo gracias a su imperecedero encanto artístico. Me siento orgulloso de China por albergar escritores tan excelentes como Qu Yuan, Li Bai, Du Fu, Cao Xueqing o Ai Qing, los cuales no pertenecen únicamente a China, sino a toda la humanidad, pues su patrimonio literario ha sido compartido entre todos los humanos”.
Durante la Guerra de Resistencia contra Japón, Ai Qing elaboró unos cuantos poemas destacados, así tenemos Caminando hacia el sol, Antorcha, Trompetero, El norte, La carretilla o La llegada del amanecer, cuyo eje está centrado en despertar el entusiasmo, el vigor, el coraje y la valentía de la población para superar las dificultades. Otras obras suyas, como Nieves caídas en la tierra china, El norte, La carretilla, Burro y Camello expresan el sentimiento patriótico del mismo poeta y su simpatía y preocupación por el destino de la población china. Especialmente un poema titulado Amo esta tierra rinde homenaje a la patria china: ¿Por qué siempre tengo lágrimas en los ojos? Será porque amo esta tierra profundamente.
El primer encuentro entre Neruda y Ai Qing se remonta a 1951, año en que Neruda fue a Beijing a concederle a Song Qingling el Premio Stalin para la Consolidación de la Paz. Durante su visita a la capital china, Ai Qing le acompañó en persona y le mostró los lugares más entrañables de la ciudad, incluidos varios restaurantes donde se podía degustar la comida típica de Beijing. Cuando paseaban en barco por el Lago Kunming del Palacio de Verano, Neruda le cantó diversas canciones populares españolas aprendidas en Madrid.
En una ocasión Ai Qing le dijo bromeando: “Tu nombre en chino se dice Nièlŭdá (聂鲁达), la escritura del primer carácter consiste en tres “orejas”, como dos ya las tienes en la cabeza, ¿dónde quieres poner la tercera que te sobra?” Neruda no tardó en contestarle: “Me gustaría ponerla en el frente para que pueda escuchar el futuro”. Esta contestación provocó una fuerte carcajada. A pesar de tratarse de una visita de sólo una semana se forjó entre los dos una fuerte amistad que duró en el tiempo.
Neruda falleció el 23 de septiembre de 1973 y fue enterrado con todos los honores en Santiago de Chile rodeado de soldados armados. Ai Qing y su mujer, Gao Ying, confinados en el desierto de Xinjiang, no se enteraron de su fallecimiento hasta muchos años después. Hasta el último día de su vida, Neruda tuvo colgada sobre su cama la pintura china titulada Imagen de 87 Dioses que le regaló Ai Qing cuando fue a visitarlo a Chile.
El segundo encuentro entre Ai Qing y Neruda tuvo lugar en 1954, aprovechando el 50 cumpleaños del poeta chileno el 12 de julio. Como consecuencia de dicho acontecimiento, Neruda invitó a muchos amigos suyos extranjeros provenientes de Checoslovaquia, Francia, Argentina, la Unión Soviética, China o Paraguay. Entre ellos se encontraba también Iliá Erenburg, Ai Qing y Xiao San. Teniendo en cuenta que en aquélla época la conexión aérea entre China y Chile no era tan rápida como hoy en día y que el país asiático no tenía relaciones diplomáticas con muchas naciones, el viaje de Ai Qing duró en total ocho días, haciendo escalas entre Praga, Ginebra, Lisboa, Río de Janeiro y Buenos Aires. Todavía se conserva la mesa de hierro alrededor de la cual Neruda y sus amigos se sentaron para celebrar su cumpleaños. Fue precisamente aquí donde Neruda recitó e improvisó poemas que dedicó a Ai Qing. En uno de ellos describe a su amigo chino como “un soldado solemne” y “hermano carnal”, además le concede el nombre de “hijo de las altas montañas y del océano”, “amigo del oleaje y del sol”. En total, Ai Qing permaneció durante un mes en Chile en compañía de Neruda.
Cuando en 1957 Neruda y su esposa visitaron China, Ai Qing les acompañó durante todo el viaje. En ese tiempo visitaron juntos el Bosque de Piedra (en Kunming), montaron en barco en el Lago Dian, viajaron por ríos y montañas de la provincia de Sichuan y escucharon monólogos en viejas casas de té. Más tarde, el matrimonio chileno y Ai Qing hicieron un crucero por el río Yangtsé desde Chongqing hasta Shanghai para contemplar la belleza natural de las Tres Gargantas. Tras varias semanas de trayecto, regresaron juntos a Beijing.
Un día de buena mañana, Ai Qing, acompañado de su mujer Gao Ying, acudió al hotel donde se alojaba Neruda a despedirles. Cuando tocó a su puerta, el matrimonio todavía no se había levantado. Ai Qing dijo pidiendo disculpas: “Hemos venido a despediros. Os deseamos un buen viaje de regreso”. A lo que Neruda respondió: “Pero, ¡no saldremos hasta mañana!”. Ai Qing se explicó añadiendo: “China está sometida a un movimiento anti derechista muy fuerte, por eso a lo mejor mañana no podremos venir a despediros. Las situación política está muy complicada y no se puede explicar con pocas palabras”. Esta fue la última vez que ambos poetas se vieron, pues no volvieron a coincidir nunca más. Al poco Ai Qing fue acusado de derechismo y enviado a una granja en Manchuria y se prohibió la publicación de sus novelas.
Neruda falleció el 23 de septiembre de 1973 y fue enterrado con todos los honores en Santiago de Chile rodeado de soldados armados. Ai Qing y su mujer, Gao Ying, confinados en el desierto de Xinjiang, no se enteraron de su fallecimiento hasta muchos años después. Hasta el último día de su vida, Neruda tuvo colgada sobre su cama la pintura china titulada Imagen de 87 Dioses que le regaló Ai Qing cuando fue a visitarlo a Chile. Según el escritor chino simboliza la ilusión de tener 87 poetas en el mundo para alabar la paz.

Una amistad transmitida de generación en generación

El retorno de Ai Qing al mundo literario no ocurrió hasta ser liberado, ya en su vejez. Gracias a su buena relación con diversos poetas latinoamericanos, especialmente con Pablo Neruda, se contó siempre con él en cualquier actividad o reunión relacionada con América Latina o Chile. El hecho de que algunos poetas o amigos chilenos no se olvidaran de visitar a Ai Qing aprovechando sus viajes a China, ha convirtió al poeta chino en el máximo representante de las relaciones de amistad entre los dos pueblos.
No se puede olvidar que el 25 de octubre de 1971, día en que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) trató el tema de la presencia legítima de China en este organismo, los representantes chilenos, en apoyo del retorno de China a la vida política internacional, citaron varios versos extraídos del poema de Neruda dedicados a alabar a eses país asiático. A pesar de la distancia geográfica, Chile fue el primer país latinoamericano en establecer relaciones diplomáticas con China, el primero en su continente en firmar un convenio para la adscripción de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC), el primer país en reconocer el modelo y el estatuto económico chino como economía de mercado y también la primera nación sudamericana en crear el tratado de libre comercio.
Neruda siempre se esforzó por consolidad las relaciones y la amistad entre China y Chile, y creó la primera organización de amistad con China en toda América Latina: el Instituto Cultural Chileno-Chino, un puente fuerte, que hoy en día todavía mantiene su papel importante en el intercambio cultural entre los dos países.
Para conmemorar el centenario del nacimiento de Neruda, la Embajada de Chile en China convocó una ceremonia el 12 de julio de 2004. En ella concedió la Medalla Presidencial de Chile a cuatro ilustrados chinos: Li Zhaoxing, ex ministro de Asuntos Exteriores; Zhao Zhengjiang, catedrático del departamento de español de la Universidad de Beijing; Zhu Jindong, investigador del Instituto de Literatura Extranjera de la Academia China de Ciencias Sociales; y Zhang Guangsen, periodista de la Agencia de Noticias Xinhua. En total, existen en todo el mundo 115 especialistas y personas célebres de 66 países y regiones que han logrado dicha distinción.
Bibliografía:
  1. Peng Lin, Zhang Yi, Ai Qing y Neruda, La Cultura del Mundo, Núm. 6, 2009.
  2. Zhao Zhengjiang, Teng Wei, El retrato en la roca, El amor, poesía y revolución de Neruda, Editorial Popular de Shanghai, 2004.
  3. Luo Hanchao, Luo Man, La biografía de Ai Qing, Editorial de Hangzhou, 2005.
Notas:
1. Nacido como Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, cambió su nombre por el de Pablo Neruda en 1946.
2. La Guerra Civil China, que duró desde abril de 1927 hasta mayo de 1950, fue el conflicto armado que tuvo lugar en China entre el Kuomintang (Partido Nacionalista Chino; KMT), dirigido por Chiang Kai-shek, y el Partido Comunista de China (PCCh), liderado por Mao Zedong.
3. Guo Moruo (en chino Guō Mòruò o 郭沫若, 1892-1978) fue un escritor, poeta, dramaturgo y novelista chino contemporáneo muy prolífico. Escribió numerosos ensayos sobre historia, arqueología y cultura china y realizó las traducciones de escritores occidentales como Goethe, Walt Whitman o Pablo Neruda. Desde su juventud, se identificó con las ideas revolucionarias del Partido Comunista de China (PCCh). Tras la proclamación de la República Popular China en 1949, fue reconocido por el régimen comunista como uno de los principales autores de China y lo nombró presidente de la Academia China de las Ciencias.
4. Sòng Qìnglíng (en chino宋庆龄) fue la segunda esposa de líder revolucionario chino Sun Yat-sen (en chino Sūn Zhōngshān o 孙中山). Llegó a convertirse en una figura política muy influente en China tras la muerte de su marido.
Fuente:http://confuciomag.com/neruda-amistad-china

jueves, 16 de agosto de 2018

El influjo de China en la obra de Jorge Luis Borges...

La obra del escritor argentino Jorge Luis Borges (1899- 1986) despierta una gran fascinación en China. Una fama que logró extenderse en el país desde que su obra completa fuera traducida al chino en los años 80. En su producción literaria se encuentran abundantes referencias a China y sus narraciones breves, con un lenguaje conciso y un estilo escueto, contienen todo lo típico de los cuentos populares que son muy aceptados en China, país acostumbrado a los relatos fabulosos desde tiempo inmemorial.


Reportaje de
廖燕平 
El gran literato argentino Jorge Luis Borges lidera el ranking de escritores del actual auge que vive la literatura latinoamericana en este país. Sus obras arribaron como un fuerte viento primaveral que fecundó a la prolífica camada de novelistas de 

la llamada generación vanguardista a finales de la década de los años 70 del siglo pasado. Diez años más tarde, la publicación en la lengua de Confucio de su obra completa dio otro empujón definitivo a la fama del escritor argentino, que empezó a expandirse firme y rápidamente hacia todos los rincones del extenso país hasta tal punto que, hoy en día, leer a Borges se ha convertido en una moda literaria. Una moda que cautiva a millones de lectores del continente más poblado del planeta que leen entusiasmados todas las obras borgianas transcritas ya en ideogramas.   
Si pensamos en esta sorprendente pasión oriental por el eminente autor argentino resulta también destacable las abundantes referencias a China en su producción literaria. A los libros de fuentes occidentales que leía el joven Borges en la primera etapa de su formación literaria, se debe agregar la proliferación de obras orientales como el Libro de las mutaciones, Zhuangzi, Sueño en el pabellón rojo o las Selecciones de extraños cuentos del estudio Liaozhai. La conjunción de las dos tradiciones le brindó una extraordinaria erudición y le dio alas a la desbordante imaginación con la que edificó una nueva china en su creación literaria. Así, en La muralla y los libros vincula, de manera orgánica, la construcción de la Gran Muralla y la destrucción de los libros, dos proyectos consumados por el primer emperador Qin, para entender el motivo de las hazañas imperiales desde el punto de vista del tiempo y el espacio. Por otro lado, siguiendo la idea oriental de las mutaciones, Borges compone el relato El bastón de laca donde un emperador de la dinastía Liang posee un bastón mágico transformado por Zhangzi. Finalmente, en su cuento El Aleph, el autor plantea el problema de la limitación del lenguaje para tratar la divinidad ilimitada proyectada en un punto concreto, el Aleph, lo que nos hace recordar la frase del Libro de Tao: “Cuando Tao es pronunciado, dejará de serlo”.
Sin embargo, si profundizamos más sobre el influjo de China en Borges hallamos un género literario aplicado en las obras borgianas: los cuentos cortos. Mientras que los críticos literarios lo clasifican con etiquetas como surrealista místico, mágico o posmoderno, los lectores chinos prefieren saborear de forma directa e intuitiva sus fantásticos cuentos. Para el público oriental, es un gran escritor de pequeños relatos por excelencia. Su breve narración, su lenguaje conciso o el estilo escueto, contienen todo lo típico de los cuentos populares y que son muy aceptados en China, país acostumbrado a los relatos fabulosos desde tiempo inmemorial. Los chengyu, una especie de modismos o frases hechas por ejemplo, pertenecen precisamente al género de cuentos que, al transmitirse de generación en generación, se han convertido actualmente en un símbolo cultural. Esos relatos poseen gran popularidad y una vitalidad que arraiga en lo más profundo de sus lectores chinos. Aquí reside el origen del gusto natural por leer todos los cuentos cortos que el gran maestro argentino escribió sobre temas históricos, teológicos, filosóficos o artísticos.   
Por otro lado, sus libros rezuman una especial erudición si atendemos a su profundo contenido filosófico. Sus ideas metafísicas fascinan a la imaginación literaria china que está más acostumbrada a las parábolas o fábulas contenidas en sus propios modismos. En la ficción, Borges transmite rigurosos conceptos filosóficos a través de fantásticos personajes y confusas tramas. La metáfora y el simbolismo son dos herramientas que maneja magistralmente para jugar entre argumentos ambiguos o ficticios, y fenómenos reales de la vida cotidiana. Es esta mezcla, típicamente borgiana, entre la realidad y la ficción, la que más cautiva al lector chino que la suele calificar, a falta de una mayor precisión, como el toque de fantasía. 
 El jardín de senderos que se bifurcan de Borges es un cuento muy valorado desde una visión oriental. En dicha obra, el protagonista chino se ve envuelto en un juego adivinatorio que se desarrolla en dos cuentos superpuestos. 
Referencia fundamental de ese toque es, sin duda, El jardín de senderos que se bifurcan, un cuento muy valorado desde una visión oriental. En dicha obra, el protagonista chino se ve envuelto en un juego adivinatorio que se desarrolla en dos cuentos superpuestos. En el primero, la enorme adivinanza, se da como pista una supuesta novela china, El jardín de senderos que se bifurcan, escrita por un astrónomo de la dinastía Qing. Dicha novela resulta inacabada y su contenido no son sino numerosos fragmentos desordenados e incomprensibles que causan confusión. Pero Borges nos revela que el tema de la adivinanza es el tiempo. Su concepción en la antigua china, según este autor, es relativa y forma una sola unidad con el espacio. Los fragmentos de la novela, en este sentido, representan todas las posibles historias sucedidas en el mismo tiempo pero en lugares diferentes. Parecen tortuosos senderos de un jardín que se multiplican a medida que acontecen las diferentes posibilidades. Pero su caos es solo una apariencia ya que en el fondo las historias comparten y se relacionan con un mismo origen.
Construye el escritor aquí un jardín de tiempo ficticio para revelar el misterio de la longevidad de la cultura china: la continuidad circular que se transmite de padres a hijos y, por eso, los escritores antiguos siempre preferían añadir nuevos capítulos a los clásicos, en vez de crear diferentes libros. En el contexto de este concepto de tiempo ancestral, Borges se plantea la visión moderna en Occidente, por lo que introduce el segundo cuento cuyo protagonista es el biznieto del astrónomo anterior. Este descendiente se encuentra ahora en la Europa de la Primera Guerra Mundial donde lo convierten en un espía de Alemania acosado por un agente inglés de origen irlandés. Para informar a su superior de la existencia de una nueva instalación militar inglesa en Francia, el espía se ve obligado a cometer un asesinato. Al concluir su misión, sin embargo, es llevado a la horca. En ese segundo cuento, Borges urde una trama con los diversos lugares que ocupan países como Gran Bretaña, Francia, Alemania, Irlanda y China, así como con el tiempo único de la guerra, y teje una enorme red espacio-temporal. Arrojados del jardín de tiempo protector, los individuos contemporáneos, supuestamente más libres, son atrapados por esta impersonal y cruel red y se convierten en víctimas de un destino caracterizado por la inestabilidad.
Con una pluma llena de profunda agudeza filosófica el escritor traza, sobre el fondo de las letras occidentales, los motivos orientales que confunden a la audiencia china. Al esforzarse por distinguir la realidad de la fantasía, la luna de su reflejo en el agua o la flor de su sombra en el espejo, el lector es invitado a caer en el laberinto borgiano en donde pensar o adivinar deviene un lúdico juego y, al mismo tiempo, se convierte en una manifestación espiritual. Una espiritualidad llena de sabiduría con la que Borges deslumbra, a pesar de la ceguera que le causó la enfermedad, al mundo entero como un faro a través de su luminosa creación literaria. Un ingenio que interviene en la realidad no por la vía de la objetividad sino mediante un juego entre la ilusión y lo real, lo que nos lleva de nuevo al concepto anterior, el toque de fantasía
Fuente: http://confuciomag.com/china-jorge-luis-borges

viernes, 20 de julio de 2018

Jaime Jaramillo Escobar: la poesía no es para todos

Medellín
Óscar Domínguez G.
Especial para Palabra&Obra

A sus primeros 85 años, el poeta Jaime Jaramillo Escobar, (Pueblorrico, Antioquia, mayo 25 de 1932) es un bicho raro: no habla mal de nadie pero todos hablan bien de él. Es diminuto como un haikú. Tiene listo su epitafio y, en lugar de sonreír a manos llenas, prefiere hacer versos desnudo.

Distintos ismos literarios, empezando por el Nadaísmo, se lo disputan. A X-504, su alias, ni le va ni le viene que se lo peleen. Se deja querer y admirar. Eso es gratis.
Con sus apellidos de ministro de hacienda o de agricultura, el decano de la pandilla Nadaísta, merca en el Éxito de Laureles como cualquier mortal, y tiene cuenta bancaria en Bancolombia. Alguna prosaica gripa le ha de dar. A la salida del banco dan ganas de atracarlo con un estribillo alejado del manual: ”Poeta, bájase de sus últimos versos, pero quédese con el billete y con su gorra de pensionado”.

A lo mejor, mientras hace fila, evoca este verso de su colega y viejo conocido León de Greiff, de quien fue compilador en el período bogotano de ambos creadores: “Mi flaca bolsa de irónica aritmética…”.

Aunque nadie le crea, predica que ser poeta es tirado. Eafit le publicó un libro: Método fácil para ser poeta. No en vano tira línea literaria hace 35 años en su Taller de la Biblioteca Pública Piloto. Por estos días despacha desde la Torre de la Memoria por labores de embellecimiento lícito del viejo edificio.
Le dijo en una entrevista a  Fernando Mora Meléndez que publicó la revista El Malpensante que “la poesía es la voz del pueblo, y pienso que debe ser útil. Por eso le puse Poemas útiles a un libro de Geraldino Brasil que traduje”. La entrevista ganó Premio Simón Bolívar en el 2013. Las fotos del “rasta” Juan Fernando Ospina no se le quedan atrás a la entrevista.

En otra coyuntura, Jaramillo Escobar dejó dicho para la posteridad: “Nada más escaso que la buena poesía. No es para todos. Se necesita tener ángel. El ángel también es escaso”.

Los amigos no se prestan
No le gustan las bibliotecas públicas pero asegura que la Piloto es la biblioteca personal de los lectores que la frecuentan. Me lo dijo en una vieja charla: “Nunca me han gustado los libros en préstamo. Porque un libro es un amigo y a un amigo nunca se presta. Ir a conversar con un libro en una biblioteca pública es como ir a hacerle la visita a un señor todo protocolario y limitado. Los señores no dan su corazón en las visitas. Para que te dé su corazón tienes que salir con él de paseo, e invitarlo a dialogar al calor de tu chimenea con un coñac en la mano y el gato ronroneando sobre el tapiz, muy cerca de la lumbre. ¿Cómo puedo yo ir a ver a Thomas Mann en la biblioteca pública? Ambos nos sentiremos molestos y no tendremos nada que decirnos. Para mí, las bibliotecas públicas no tienen ningún encanto. Pero la Biblioteca Pública Piloto de Medellín no es como una biblioteca pública, sino como la biblioteca particular de cada uno de sus usuarios”.

El kínder de Jaime
Al presentar un libro con textos de sus catecúmenos, dejó claro: “Ellos son conscientes de que los textos propios deben examinarse como si fueran del peor enemigo, y sólo publicarlos si pasan esa prueba… Escribir bien es agregar a la literatura páginas que no sobren”.

El poeta Verano Brisas, uno de su cofradía es, según Jaramillo Escobar, “hombre de mar, del aire y de la selva, viajero, teatrero, duende y poeta”. Su entorno sabe que también es su ángel guardián y quien le muele el aire en asuntos prácticos.

Verano resumió certeramente el sentir del Taller en pleno sobre su maestro-amigo: “Sus virtudes como coordinador del Taller son muchas: respeto por las diferentes voces literarias, generosidad, nobleza, simpatía, bondadoso con rigor, una que otra ironía, mucha imaginación, desbordada fantasía y un ojo clínico para descubrir poetas y narradores de todas las edades y condiciones”.

No tiene discípulos sino devotos, admiradores perplejos, agradecidos, que lo miran con “un aire de perrito de la Víctor”.

El entrecomillado es parte de una traducción que hizo del brasileño Mario Quintana. El verso completo que tradujo dice: “Mi primera novia me escuchaba con un aire de perrito de la Víctor”.

Jaramillo Escobar también tradujo (1982) a Geraldino Brasil quien le agradeció que le mejorara sus textos. Como este tomado de un poema llamado Noticias de la paz:
“No sé si al periódico le gustaría una paz de la que no podría vivir, esa paz insoportable sin las noticias de la guerra”.

A la publicidad por la poesía
A lo mejor, Jaramillo Escobar llegó a la poesía por la vía de la publicidad. O al contrario. Para comer fue publicista en Sancho Publicidad, de Bogotá, y en Publicidad Nova, de Barranquilla. Para vivir, escribe, edita y compila, se luce como ensayista, cuentista, prologuista, conferencista, tallerista, y un largo ista.
Y si lo cogen con los calzones abajo, presenta libros. Me consta la presentación de dos: uno de su colega Eduardo Escobar y una antología de Darío Jaramillo Agudelo, sobre León de Greiff, editado con cargo a la caja menor del Fondo de Cultura Económica.

Jaramillo Agudelo contó en su autobiografía, Historia de una pasión, que alguna vez quedaron de publicar a cuatro manos un libro que se llamaría Poesía y cartas. No pasaron del título. De pronto se reúnen y retoman la idea. Los dos tienen con qué. Las  musas siguen de su lado.

Eso sí, deja claro que la gloria no es el fuerte del pueblorriquense. Ni en la publicidad ni en la poesía. Se lo confesó a Gonzalo Arango quien finalmente le arrancó una entrevista para la Revista Cromos: “La gloria me importa un pito. Mi triunfo va por otro camino… Yo, solo, compitiendo conmigo mismo. Yo solo, porque Dios murió en una tragedia de Shakespeare disfrazado de mujer”.

Bueno, no sólo le jaló a la publicidad por aquello del diario yantar. X-504 también fue empleado de la Administración de Impuestos en Cali.  “Como era empleado público, aunque de ínfima categoría, me parecía mejor que apareciera con un seudónimo y no con mi nombre, por eso la x. Y el 504 proviene de mi cédula: 504.547. Inicialmente puse el nombre completo, pero Gonzalo González, Gog, director del suplemento  literario de El Espectador, me recomendó abreviarlo”.Se le contó a la revista El Malpensante para la que se empelotó en la entrevista mencionada; solo se tapó las partes pudendas con algún endecasílabo ajeno.


Las llaves de la noche
En su andadura no escapó al frío bogotano. Allí le montó la perseguidora a León de Greiff para una antología que preparaba para una fábrica de empaques, sí de empaques. Los pasos lo llevaron al apartamento de De Greiff en el barrio Santa Fe, adonde iba a parar después de tirar línea en El Automático. Un tal García Márquez bebió en su fuente.
En el barrio Santa Fe, Jaramillo vio gatear a De Greiff  hasta encontrar el libro que necesitaba en el apocalipsis de su estudio.

Por esas fechas, estaba en su furor el café. Su dueño de entonces, Enrique Sánchez, jericaono, se lo encontró una noche en pleno Parque de Santander. Se le arrodilló para expresarle admiración por sus versos nadaístas. Y a manera de homenaje trató de entregarle las llaves del café. Jaramillo logró escapar al asedio. Tal vez la hubiera aceptado si hubiera sabido que era las del ladrón que se robó las llaves de la noche, como se lee en un poema que anda suelto por ahí.

Literatura por kilos
No hay que presentar carné de Sherlock Holmes para concluir que el más que octogenario Jaramillo optó por las letras desde cuando estudiaba primaria en Betulia, de la mano de su maestro Gabriel Cano Urrego. (Betulia también se disputa el honor de ser su cuna).

El niño Jaime se pilló que al tendero de la localidad le llegaban los periódicos. Pues aquí que no peco, pensó, y en menos que escribiría  los poemas de la ofensa, le estaba comprando los suplementos literarios de El Colombiano.

Ese fue el ábrete sésamo de su oficio de escritor. Y de nadaísta. Una vez le pregunté por el movimiento que creó su amigo Gonzalo Arango: “El Nadaísmo es una filosofía y por consiguiente determina una actitud ante la vida, la sociedad, el arte. Evoluciona con el pensamiento y se enriquece con el aporte de las nuevas generaciones. Adóptelo el que quiera y sírvase de él. El Nadaísmo no tiene dueños porque el pensamiento corresponde a la especie, y, al individuo, sólo el honor de proclamarlo. Pero no se olvide nunca que el Nadaísmo es de la esencia de la libertad. Hay escritores y artistas que piden libertad, como si la libertad se mendigara, como si pudiera esperarse un regalo tan precioso. La libertad hay que conquistarla; hay que arrebatarla. Y sólo el verdadero artista es capaz de eso. Resulta oportuno repetir esto”.

Dios también canta
Se ha ganado todos los premios habidos y por haber. Pero ni así se deja perder por la vanidad. Me lo confesó en la entrevista que le hice.

“Carezco de vanidad y ni siquiera me envanezco de ella. Por eso me asombra y avergüenza encontrarme a veces con la envidia. Lo único que deseo es escribir unos poemas porque ese es mi canto y creo que todos los seres humanos vinimos a cantar. Si canta Dios que debería ser el más atribulado –pero en las noches se le oye cantar-, si toda la creación es un canto, el poeta es una ranita que canta al compás del universo. El canto de la rana es el que más le gusta a Dios porque él está contento de ver que la rana también canta. No importan los diversos conceptos acerca de Dios. Todos se pueden sumar y el resultado siempre es uno. La vanidad es vecina de la ignorancia. Su diccionario dice que la vanidad es una forma inferior del orgullo. ¿Por qué cree usted que yo debería tener eso? Nunca olvidé a Ovidio: ‘Observa al pavo real: si oye alabanzas de su plumaje, lo extiende con orgullo; si lo contemplas en silencio, cierra su espléndido abanico antiguo’”.
 
Dejemos al poeta tranquilo en sus 85 años pero digamos adiós con esta confesión sobre su vida y milagros:En mis libros hay poemas muy alegres y también los hay tristes porque la vida es así. Y porque deben existir cantos para la alegría y la tristeza. En rigor, no puede decirse que la vida le tenga “bronca” a nadie. Y nadie está contento con su vida todo el tiempo. Unas son de cal y otras de arenas. Es la medida. El contemplativo desconoce la palabra ‘bronca’. Está en paz con el universo y consigo mismo. No está en pugna con nada, e invadido de serenidad, disfruta de la más perfecta alegría”.

Cuando Jaime Jaramillo muera, “y el día esté lejano” para decirlo con su par, Barba Jacob, a quien también le dedicó antología, empezará a disfrutar del epitafio que le confesó a Gonzalo Arango: Aquí vive Jaime Jaramillo Escobar.

Fuente: http://www.elmundo.com/noticia/Jaime-Jaramillo-Escobar-la-poesia-no-es-para-todos/353793