miércoles, 12 de diciembre de 2012

SURLAY FARLAY...


El fenómeno Rimbaut, quizá se ha repetido hasta el cansancio en nuestras letras. Sin embargo, el caso de Surlay, es el de los más auténticos. Entre los diecisiete y los veintitrés años escribió “A la espera de Nayan,” un libro, digno de quien ha vivido hasta la suficiencia y está ávido de vida “He cometido todos los pecados que he podido./recogiendo piedras/ asecho las cruces que amojonan los caminos: un hombre estuvo acá muriendo,” Utilizando una expresión del niño francés, este poeta tiene siempre los sentidos alterados, la suya es una poesía pegada a su vida como suceso importante, con ella se nutre y de ella depende.


Fino, cuidado, musical. Continuador, quizá sin proponérselo, de una tradición poética.


Dejamos al lector, sin más adjetivos, a solas con este aprendiz de brujo.
Mario Sánchez