martes, 21 de febrero de 2017

el pais de la felicidad y de los buenos lectores.

Confunde y reinarás, máxima latina que se puede aplicar a los demagogos de hoy, que sólo buscan confundir a la opinión pública y mantenerla adormilada, sin crítica y en una burbuja flotante, controlada con toda la manipulación posible.

Método similar empleaba Nerón en Roma, cuando en el coliseo su secretario Epafrodito, gritaba a la multitud sedienta de pan y circo, “nunca hemos sido tan felices como en el gobierno de Nerón”. Esto mismo lo dicen hoy los presentadores de televisión, quienes testimonian el pensamiento e intereses
de los dueños del Estado.

En este orden de ideas, el visionario antidemagogo George Orwell escribió: “El lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades, el asesinato una acción respetable y dar al viento una apariencia de solidez”. De esto sí que saben los que detentan el poder en nuestro país, quienes
con una bien planeada manipulación de la realidad, han atomizado cualquier intento de concienciación en la mayoría de sus habitantes y cualquier posibilidad de una verdadera revolución política, económica y cultural, como si se ha dado en otras latitudes, incluso aquí a la vuelta de la esquina de este cono sudamericano.

¿Si somos los más felices del mundo? Lo más lamentable es que cuantifican la felicidad en términos de un mayor número de días festivos, fiestas y reinados como el del Corozo y el de Mis Tanga entre los muchos existentes. El alto consumo de licor y el sexo desaforado. El fútbol con fanatismo.

Los espectáculos de farándula. Creen que esos distractores son la felicidad, como si se tratara de entretener a idiotas. Lo perverso aquí es el fervor con que se practica esa medición.

Sin embargo, ¿cómo puede hablarse de felicidad en un país agobiado por la miseria y la pobreza? En uno de los más corruptos del mundo. Con los más altos niveles de desnutrición de Latinoamérica seguido sólo por Haití. 

Donde se promueve educar para tener una mano de obra barata y no para la producción de bienes intelectuales, humanos y artísticos. Donde impera la violencia y el desplazamiento de más de cuatro 
millones y medio de personas. 

Con un índice de vicio, prostitución, negocio de la  guerra, sueldos de miseria, tramitología de largo aliento, falta de oportunidades, becas que se ganan los hijos de los ricos.
              
Regido Por un sistema de salud que mata y no alivia y un lenguaje eufemístico que a la corrupción la llama apropiación indebida de recursos y a los pobres ladrones. Díganme, ¿cómo puede a esto llamársele el país más feliz del mundo?

Esto sólo tiene un nombre: Torre de babel.
Diseño de publicidad. Palimpsesto.

Tragarse el cuento sin digerirlo. ¿Quién es el bobo: el que habla o el que escucha? Piense usted.

¿Si somos el país de más alto nivel de lectura en Latinoamérica? En este país no se lee ni siquiera a Condorito o El Almanaque Bristol. Prueba de ello es Medellín, una de las llamadas ciudades “cultas”, donde a diario se cierran librerías. Ya quedan tan pocas que se pueden contar con los dedos de la mano.

¡Donde ayer funcionaba la librería Bolívar, hoy funciona una carnicería! ¡Qué ironía! Claro que no faltará el que diga, que no se necesitan lugares físicos para los libros, que para eso está internet, y
esto de alguna manera es cierto, pero ni aun así se lee; aunque yo he considerado siempre, que leer de forma virtual es como hacerle el amor a un cadáver. El libro, como objeto físico, es un deleite, o como diría Borges, una extensión del pensamiento.

Carlos Mario Garcés Toro

domingo, 5 de febrero de 2017

Recordar a la Poeta y sus Poemas _ Piedad Bonnet

LAS CICATRICES 


No hay cicatriz, por brutal que parezca,
que no encierre belleza.
Una historia puntual se cuenta en ella,
algún dolor. Pero también su fin.
Las cicatrices, pues, son  las costuras
de la memoria,
un remate imperfecto que nos sana
dañándonos. La forma
que el tiempo encuentra
de que nunca olvidemos las heridas. 


LA MUY PERRA

En ciertas ocasiones
la vida nos demanda mezquindad

Es -pareciera decirnos-
un acto de justicia

una manera sana
de respirar en medio del fastidio

de no ofrecer la otra mejilla
Pero
¿qué tal si optamos por la benevolencia

por ir limpios y ufanos
celestiales?

Innobles son los tratos que la vida propone
Escoge
-nos ladra la muy perra-
entre bilis negra y tu soberbia.


Rosas


Con el estiércol que arrojan a mi patio
abono yo mis rosas.
Aéreas en sus tallos, de la luz se alimentan
aunque lleven la muerte dormida en sus corolas.
Y su belleza, inútil como toda la belleza,
sus espinas inocuas, hacen cerco
al corazoeon, guerrean
con la bestia que acecha en la tiniebla.


Precisamente


Mientras escribo este verso
millones y millones de seres respiran todavía en mi
viejo planeta.
prueba aquél una amenaza y descubre un gusano
entre su pulpa.
Una mujer escribe una carta y solloza.
Abre la tierra este otro con sus manos, y transpira y no piensa.
Y en una esquina una muchacha espera a un hombre
que no llega.
Miles de hombres y mujeres abren sus ojos y recuerdan su cuerpo y sus tareas.
Cientos de esófagos, de glándulas, de hígados, hacen su inocente trabajo
y el amoer resicita caricias a un millón por segundo
y alguien se juzga felíz
y un hombre compra una cuerda y la cuelga
del árbol que en su patio florece.
Tosen, cantan, defecan, multiplican, parten su pan, aceitan su paciencia,
bufan, escupen, besan, timan a su vecio,
mienten, mienten y ríen, mienten sinceramente y apuñalan
o leen un poema,


Revelación


De niña me fue dado mirar por un instante
los ojos implacables de la bestia.
El resto de la vida se me ha ido
tratando inútilmente de olvidarlos.

Madre e hijo

El poeta
bebe el agua del Tigris y del Eufrates,
se desvela y a veces tiene caspa,
y en los alones tiene reservado su puesto
y los zorros lamen su mano antes de huir espantados
por el bronco sonido de su verso.
De púas, de cuchillos, es la piel del poeta.
Con el despertar de la luz sangra la piel del poeta.
A veces, desalado, silencioso,
desierto de los pies a la cabeza,
anochece de bruces en su cama.
La envidia del poeta es amarilla,
su ilusión es azul como el cielo sin guardas.
A ratos a sí mismo se devora, se corta en pedacitos, se reparte,



Canción

Nunca fue tan hermosa la mentira
como en tu boca, en medio
de pequeñas verdades banales
que eran todo
tu mundo que yo amaba,
mentira desprendida
sin afanes, cayendo
como lluvia
sobre la oscura tierra desolada.
Nunca tan dulce fue la mentirosa
palabra enamorada apenas dicha,
ni tan altos los sueños
ni tan fiero
el fuego esplendoroso que sembrara.
Nunca, tampoco,
tanto dolor se amotinó de golpe,
ni tan herida estuvo la esperanza.

Fuente: http://www.piedadbonnett.co/poesia/