domingo, 5 de febrero de 2017

Recordar a la Poeta y sus Poemas _ Piedad Bonnet

LAS CICATRICES 


No hay cicatriz, por brutal que parezca,
que no encierre belleza.
Una historia puntual se cuenta en ella,
algún dolor. Pero también su fin.
Las cicatrices, pues, son  las costuras
de la memoria,
un remate imperfecto que nos sana
dañándonos. La forma
que el tiempo encuentra
de que nunca olvidemos las heridas. 


LA MUY PERRA

En ciertas ocasiones
la vida nos demanda mezquindad

Es -pareciera decirnos-
un acto de justicia

una manera sana
de respirar en medio del fastidio

de no ofrecer la otra mejilla
Pero
¿qué tal si optamos por la benevolencia

por ir limpios y ufanos
celestiales?

Innobles son los tratos que la vida propone
Escoge
-nos ladra la muy perra-
entre bilis negra y tu soberbia.


Rosas


Con el estiércol que arrojan a mi patio
abono yo mis rosas.
Aéreas en sus tallos, de la luz se alimentan
aunque lleven la muerte dormida en sus corolas.
Y su belleza, inútil como toda la belleza,
sus espinas inocuas, hacen cerco
al corazoeon, guerrean
con la bestia que acecha en la tiniebla.


Precisamente


Mientras escribo este verso
millones y millones de seres respiran todavía en mi
viejo planeta.
prueba aquél una amenaza y descubre un gusano
entre su pulpa.
Una mujer escribe una carta y solloza.
Abre la tierra este otro con sus manos, y transpira y no piensa.
Y en una esquina una muchacha espera a un hombre
que no llega.
Miles de hombres y mujeres abren sus ojos y recuerdan su cuerpo y sus tareas.
Cientos de esófagos, de glándulas, de hígados, hacen su inocente trabajo
y el amoer resicita caricias a un millón por segundo
y alguien se juzga felíz
y un hombre compra una cuerda y la cuelga
del árbol que en su patio florece.
Tosen, cantan, defecan, multiplican, parten su pan, aceitan su paciencia,
bufan, escupen, besan, timan a su vecio,
mienten, mienten y ríen, mienten sinceramente y apuñalan
o leen un poema,


Revelación


De niña me fue dado mirar por un instante
los ojos implacables de la bestia.
El resto de la vida se me ha ido
tratando inútilmente de olvidarlos.

Madre e hijo

El poeta
bebe el agua del Tigris y del Eufrates,
se desvela y a veces tiene caspa,
y en los alones tiene reservado su puesto
y los zorros lamen su mano antes de huir espantados
por el bronco sonido de su verso.
De púas, de cuchillos, es la piel del poeta.
Con el despertar de la luz sangra la piel del poeta.
A veces, desalado, silencioso,
desierto de los pies a la cabeza,
anochece de bruces en su cama.
La envidia del poeta es amarilla,
su ilusión es azul como el cielo sin guardas.
A ratos a sí mismo se devora, se corta en pedacitos, se reparte,



Canción

Nunca fue tan hermosa la mentira
como en tu boca, en medio
de pequeñas verdades banales
que eran todo
tu mundo que yo amaba,
mentira desprendida
sin afanes, cayendo
como lluvia
sobre la oscura tierra desolada.
Nunca tan dulce fue la mentirosa
palabra enamorada apenas dicha,
ni tan altos los sueños
ni tan fiero
el fuego esplendoroso que sembrara.
Nunca, tampoco,
tanto dolor se amotinó de golpe,
ni tan herida estuvo la esperanza.

Fuente: http://www.piedadbonnett.co/poesia/

No hay comentarios: