Mafalda: una gran aliada de
la inclusión
Jaime Pérez
Posada
2024 es un año
de autores de diferentes géneros literarios y pensadores muy influyentes y de
obras literarias clave: de los 750 años de la muerte de Santo Tomás de Aquino,
los 300 del nacimiento de Inmanuel Kant y los 200 de la muerte de Lord Byron,
de los cien años del fallecimiento de Franz Kafka y Joseph Conrad y del
nacimiento de Truman Capote.
En cuanto a
libros: un siglo de La montaña mágica, de Thomas Mann, Veinte poemas de amor y
una canción desesperada, de Pablo Neruda y de La vorágine, de José Eustasio
Rivera. Además, es un año de García Márquez por partida triple: una década de
su muerte, la publicación de una novela inédita corta, En agosto nos vemos, y
del estreno de la versión televisiva de Cien años de soledad; y se celebran,
también, los sesenta años de Mafalda.
Mafalda cumple
60 años, a pesar de ser una niña de 6 años. De acuerdo con
su difunto
creador, el artista argentino Joaquín Salvador Lavado Tejón, más conocido como
Quino, manifiesta el espíritu crítico de la juventud preocupada por la sociedad
y la paz. Desde 1964 ha influenciado en la forma como pensamos, gracias a sus
agudas frases y lecciones que nunca pierden vigencia.
Esta niña, que
nos visitó en un centro comercial del área metropolitana del Valle de Aburrá,
vino a celebrar sus 60 años y tuvimos la oportunidad de convivir con ella los
integrantes del Programa de Formación Incluyente y Diversa, aprendices con
discapacidad (Auditiva, Visual, Cognitiva y Física) del SENA conocieron y
escucharon a la pequeña Mafalda; a Felipe, Manolito; a Susanita, a Miguelito y
a Libertad y su hermanito Guille. Nos enseñaron la necesidad de rodearnos de
amigos que nos motiven a ser mejores, a pensar y a cuestionar lo que ocurre a
nuestro alrededor. También nos mostraron lo vital que es escuchar distintos
puntos de vista y las diferentes formas de ver las cosas.
A lo largo de
sus seis décadas, Mafalda odia la sopa y a las moscas; pero ama a Los Beatles,
los derechos humanos y la democracia. Le gustan los dibujos de El Pájaro Loco.
Su postre preferido son los panqueques. Suele jugar a los vaqueros con sus
amigos en el parque. Se ha convertido en un símbolo internacional del humor, la
sátira y la preocupación por la paz de la humanidad.
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