La huida final
Me iré. De ti. Y de mí.
Y se quedarán cantando los periquitos en su jaula.
Y se quedará el pradito verde frente a la casa con su nuevo árbol verde
Y se quedarán los colores nuevos de la casa. El blanco, el gris…
Todas las tardes el cielo continuará azul y tranquilo
Y tocarán como ésta mañana están tocando las campanas de San Andrés
Morirán los que me amaron
Y el quehacer se hará nuevo cada año. Cada primero de enero a la una de la tarde
Y en el rincón de mis haceres
Mi ánimo errará, con nostalgia
Me iré. De ti y de mí.
Y estaré solo. Lleno de sombras. De noches y de deseos. De soledad a ochocientos metros de profundidad.
Sin hogar.
Sin el pradito con su nuevo árbol verde
Sin el cielo azul y tranquilo
Y sin tu rostro
Y sin el mío
Todo se va. Y no queda nada.
Y se quedarán cantando los periquitos en su jaula
Y es una soledad…tan sola
Que empiezo a berrear…
Juan Verano…el de rosellón.
Medellín, Febrero 12 de 2010
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